lunes, 26 de enero de 2015

Asistencia al cuidador

Asistencia al cuidador

Terapia Ocupacional en Asistencia al cuidador

El cuidado de una persona mayor puede ser satisfactorio y gratificante, pero también puede suponer un gran esfuerzo físico, emocional y financiero a los que les prestan su constante atención. Últimamente, el cuidado recae en familiares cercanos que no perciben cantidad alguna por su labor.










Sus necesidades suelen ser secundarias, sobre todo de cara a la sociedad que no reconoce el tiempo y habilidades dedicadas al anciano, lo cual puede llevar al cuidador a situaciones de estrés que, incluso, pueden redundar en problemas físicos.













¿Qué puede hacer un terapeuta ocupacional?

Los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a que los cuidadores consigan un equilibrio en el que además de atender a las necesidades del anciano, se vean cumplidas por supuesto, las del cuidador.



Promover el bienestar a través de actividades creativas, grupales, terapia individual y de estrategia que ayuden al cuidador a compensar el esfuerzo que implica su lucha contra los diferentes niveles de discapacidad o trastorno a los que se afronta de forma diaria.

Reconocer y ayudar a que el cuidador acepte los sentimientos que, en ocasiones, puede experimentar: frustración, rabia, tristeza por su situación y aceptarla.

Informar de las recientes investigaciones sobre los trastornos y presentar las distintas técnicas tendentes a paliar los problemas que se deriven.
¿Qué puede hacer la familia?

Compartir con el cuidador la responsabilidad de atender a un anciano. Pedir ayuda y considerar la posibilidad de atención por parte de ayudantes de la salud para proporcionar descansos ocasionales para los cuidadores.


Procurar un buen ambiente en su entorno, creando actividades aunque sea por unos minutos que ayuden a enfocar el pensamiento en otras circunstancias más alegres.





Dolor crónico

Dolor crónico 

Terapia Ocupacional en Terapia Física

Se trata de un problema que debe ser tratado y para el que un terapeuta ocupacional es una buena solución.
Los terapeutas ocupacionales están especializados en la ayuda de adultos y niños para una amplia gama de enfermedades físicas, psicológicas y de desarrollo, aportando sus conocimientos para aumentar el bienestar y aplicando técnicas de prevención.

Son muchas las personas que sufren de dolor crónico que ocasionan problemas tanto físicos como psicológicos y dificultan en gran forma las actividades cotidianas. El dolor puede reducir las fuerzas, coordinación e independencia de la persona además de ocasionar estrés que puede derivar en depresión.


Con la ayuda de un terapeuta ocupacional las personas que se ven afectadas por esta enfermedad pueden aprender a controlar sus efectos y volver a recuperar su actividad cotidiana. Es posible que muchas personas hayan ya recibido tratamiento con medicación, cirugía, frío, calor, estimulación nerviosa y masaje pero quizá lo que todavía no saben es cómo controlar sus actividades diarias y estilo de vida, lo cual puede contribuir, a largo plazo, a convivir con el dolor.
¿Qué puede hacer el terapeuta ocupacional?

Identificar las actividades específicas o comportamientos que pueden agravar el dolor, así como sugerir alternativas, enseñar métodos para reducir la frecuencia y duración de los episodios de dolor, implementar intervenciones terapéuticas que reduzcan la dependencia y uso de medicaciones para el dolor.

Facilitar el mejor funcionamiento de las actividades cotidianas tanto en el trabajo como en el hogar, colaborar con el equipo sanitario y profesional del paciente, como fisioterapeuta, psiquiatra y psicólogo para determinar el mejor tratamiento y recomendar y enseñar al paciente a adaptarse y usar el equipo para disminuir el dolor y llevar a cabo tareas como alcanzar objetos, vestirse, bañarse, etc.




¿Qué puede hacer un afectado de dolor crónico?

Desarrollar y practicar un estilo de vida basado en el bienestar con descanso preciso, ejercicio controlado, alimentación saludable y actitud positiva; practicar técnicas para disminuir la intensidad del dolor, organizar una rutina diaria con objetivos para controlar el dolor, como modificar y eliminar actividades que suelen requerir grandes cantidades de energía e implementar mecanismos corporales en vistas a no agravar el dolor.


Al mismo tiempo, estimular a realizar ejercicio para fortalecer, flexibilizar y reducir el dolor y practicar técnicas de relajación para reducir tensiones que agravan el dolor.


sábado, 24 de enero de 2015

Rotura de tendón

 Rotura de tendón 

 Terapia Ocupacional en Terapia Física

Cuando una persona sufre una lesión en el tendón de la mano, por ejemplo, que afecta a la capacidad de flexionarla o extenderla, es lógico suponer que tenga dificultades para completar las tareas diarias, como bañarse, vestirse, arreglarse, comer, usar el baño, y atender a las tareas en el hogar y en el trabajo.

Este tipo de lesiones son distintas en cada persona y la recuperación dependerá de la gravedad de la lesión.
Los terapeutas ocupacionales especializados pueden, mediante su intervención, ayudar a prevenir una lesión mayor.
¿Qué puede hacer un terapeuta ocupacional?

Evaluar o coordinar junto con el ortopedista los planes de tratamiento y determinar el curso de la intervención.

Analizar el entorno doméstico y laboral del afectado para identificar los posibles obstáculos en el desempeño de las diferentes tareas y recomendar un programa de ejercicios adecuados para la rehabilitación del miembro y conexiones involucradas, así como el uso de férulas y su manejo.
Técnicas para reducir la inflamación, prevenir una lesión mayor, cuidado de heridas y mejora del movimiento.

¿Qué puede hacer la persona con una lesión en un tendón?

Seguir un programa de ejercicios en casa recomendada por el terapeuta ocupacional, en vistas a mejorar la coordinación, fortaleza y progreso hacia la plena utilización de la mano o del miembro afectado.

Establecer objetivos a corto y largo plazo previa consulta a un terapeuta ocupacional y/o otros profesionales de la salud.

Aprender a realizar las actividades diarias, como vestirse, asearse y otras tareas cotidianas de una forma segura mientras se realiza el proceso de rehabilitación.



Accidentes Cardiovasculares


Accidentes Cardiovasculares

Terapia Ocupacional en Rehabilitación físico cognitiva 


Pueden debilitar o paralizar un lado del cuerpo. Una persona que ha sufrido un derrame cerebral puede tener dificultades para cuidar de sí mismo, como bañarse, vestirse o realizar las tareas más primordiales.


Los traumatismos cerebrales pueden afectar la visión de una persona, la memoria, el habla y la fuerza muscular, así como su capacidad para conducir un coche con seguridad y participar en actividades cotidianas.



Los terapeutas ocupacionales disponen del entrenamiento preciso para ayudar a las personas a llevar su vida lo más independientemente posible y a recuperar sus fuerzas y llevar una vida lo más normal posible, mediante ejercicios que mejoren las posibles discapacidades.



¿Qué puede hacer un terapeuta ocupacional?



Recomendar el equipo adecuado para que, en el propio hogar, el afectado pueda completar tareas como vestirse, bañarse, preparar sus alimentos o, incluso, conducir.

Por supuesto, evaluar las capacidades actuales del afectado y nivel de funcionalidad en su hogar, en el trabajo y en su vida en general, así como su motivación para adaptarlas en lo posible, reforzando su confianza y autoestima.


¿Qué puede hacer la familia?



Involucrarse en el proceso de rehabilitación y en la elección de un profesional especializado para ello y fomentar a que realice las tareas específicas para aumentar su fuerza y resistencia para obtener progresos más rápidos.

Aprovechar al máximo los recursos disponibles y participar en las actividades y tareas diarias.

Salud Mental en niños y adolescentes

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Salud mental en niños y adolescentes

Terapia Ocupacional  en Salud Mental en niños y adolescentes

Su participación y actividades significativas de cara al afectado repercutirá de una forma significativa en la mejoría, bienestar y salud mental emocionales.

Las competencias sociales para niños y adolescentes incluyen las tareas básicas que facilitarán las relaciones con los demás: hacer y mantener amigos, afrontar la frustración y la ira, solución de problemas, comprensión de roles sociales, así como seguir normas escolares.



Estudios recientes reflejan que las habilidades de comportamiento y de interacción social son indicadores de éxito académico, por lo que la falta del necesario apoyo durante este periodo puede redundar en efectos negativos a largo plazo en su transición desde la infancia a la edad adulta.
¿Cómo pueden ayudar los profesionales de Terapia Ocupacional?

Los terapeutas ocupacionales evalúan los componentes que forman parte de las habilidades sociales y determinan si las capacidades motoras, socio-emocionales y cognitivas, así como las que permiten interpretar la información sensorial y la influencia del hogar, escuela y el entorno del niño satisfacen sus demandas de cotidianas.

También pueden ayudar a identificar los primeros signos de enfermedad mental e intervenir con los niños que están en riesgo de fracaso, se trasladan con frecuencia de domicilio o proceden de familias con problemas económicos o sociales. Al mismo tiempo, pueden ofrecer sus servicios a los niños diagnosticados con trastorno bipolar, depresión, autismo y otros trastornos que pueden afectar a su salud mental.



Los terapeutas ocupacionales utilizan un proceso de evaluación centrado en el cliente para llegar al entendimiento de las funciones principales y actividades de cada niño. La interacción con el personal escolar, padres, proveedores de servicios y miembros de su entorno será importante para conseguir satisfacer las necesidades propias para su desarrollo. Así como incluir programas que ayuden a establecer una satisfactoria competencia social mediante la planificación y desarrollo de grupos y actividades extraescolares.


viernes, 23 de enero de 2015

Síndrome de Down

Síndrome de Down

Terapia Ocupacional en el síndrome de Down

El síndrome de Down es una enfermedad genética causada por la presencia de la totalidad o parte de un cromosoma extra que fue descrita clínicamente a principios del siglo XIX. Su presencia en un feto puede identificarse a través de la amniocentesis durante el embarazo o al nacer el bebé.

Causas

Por lo general, al ser concebidos los niños heredan cierta información genética de los padres en forma de 46 cromosomas, de los que 23 son de la madre y 23 del padre. En la mayoría de los casos de los niños con el síndrome, obtienen un cromosoma extra, (número 21), dándose unas características físicas y de desarrollo asociadas.




No se sabe a ciencia cierta el por qué ni tampoco cómo prevenir esta disfunción cromosómica, aunque los científicos han constatado que las mujeres pasados los 35 años tienen un mayor riesgo de concebir un niño con el síndrome: a los 30 años, las posibilidades son de 1 cada 900 nacimientos, a los 35 años 1 de cada 350 y a los 40 años 1 de cada 100.

Efectos

Los efectos que origina son retrasos en la forma en que se desarrolla el niño, tanto mental como físico que pueden variar de niño a niño, desde precisar una atención médica considerable hasta llevar una vida con calidad aceptable.
Si bien no es un síndrome que pueda prevenirse, sí es posible detectarlo antes de nacer y tratar los problemas de salud que se derivan, así como aprovechar los recursos existentes que ayudarán a niños y familiares.
A menudo, el síndrome de Down viene asociado con algún deterioro de la capacidad cognitiva y el crecimiento físico, unido también a un conjunto de rasgos faciales con las siguientes características físicas:
-microgenia (una barbilla anormalmente pequeña),
-cara extraordinariamente redonda,
-macroglosia (lengua de gran tamaño o que sobresale),
-forma almendrada de los ojos causada por un pliegue epicanto de los párpados,
-fisuras palpebrales (separación entre el párpado superior e inferior),
-extremidades más cortas, un único pliegue palmar transversal,
-falta de tonicidad muscular,
-espacio anormal entre el dedo gordo y el índice.




Muchos niños con síndrome de Down que han recibido el apoyo familiar y adecuada tutoría y terapia pueden alcanzar una educación secundaria e incluso universitaria lo que facilita su integración al mundo laboral y social.
Además, la salud de las personas con síndrome de Down incluye un mayor riesgo de defectos congénitos del corazón, hipertensión pulmonar, glándula tiroidea, enfermedad de reflujo gastroesofágico, infecciones recurrentes del oído que puede conducir a la pérdida de la audición, la apnea obstructiva del sueño, disfunciones de la tiroides y obesidad.
Al nacer, los niños con síndrome de Down suelen ser de tamaño normal, pero tienden a crecer a un ritmo más lento y siguen siendo más pequeños que sus compañeros. Para los bebés, su bajo tono muscular pueden contribuir a problemas de alimentación y de succión, así como estreñimiento y otros problemas digestivos, mostrar retrasos en el habla y el autocuidado y en el aprendizaje.
El síndrome de Down afecta a la capacidad de los niños para aprender de diferentes maneras, que pueden ir de leve a moderada. La mayoría, simplemente, alcanzan las metas a un ritmo diferente – por ello es importante no comparar a un niño con síndrome de Down con los hermanos o incluso con otros niños que presentan el síndrome. La verdad es que poseen una amplia gama de habilidades y no es posible saberlas desde el momento del nacimiento, sino a medida que van creciendo.

Diagnóstico prenatal

Algunas de las pruebas de detección son fáciles de realizar y sirven para detectar una posible existencia del síndrome que deberá confirmarse con otras más invasivas que podrían afectar al feto. Estos exámenes alcanzan una precisión del 99% y otras anomalías cromosómicas. Sin embargo, debido a que son realizadas dentro del útero, se asocian con un riesgo de complicaciones de aborto involuntario. Por esta razón, las pruebas diagnósticas invasivas previamente se recomienda, por lo general, sólo para las mujeres de 35 años o más, con antecedentes familiares de defectos genéticos o aquellos que han tenido un resultado anormal en una prueba de detección. El médico especialista es quien deberá aconsejar o dirimir si llevarla a cabo o no, previa información de los pros y contras de la prueba.



¿Qué puede hacer un terapeuta ocupacional?

Los terapeutas ocupacionales se especializan en la evaluación y tratamiento de niños / adolescentes que demuestran un retraso o déficit en su desempeño diario, cuidado personal, juego y tareas relacionadas con la escuela. Es decir, incrementar sus habilidades personales, grafomotoras, de motricidad fina y vasomotora, así como mejorar la habilidad de usar información para comprender e interactuar efectivamente con personas y objetos.




Su actuación pues en los casos de síndrome de Down puede ser tan variada y amplia como orientar, organizar y planificar los pasos para vestirse adecuadamente, alimentación, uso apropiado de los utensilios para comer y beber; arreglo personal, higiene cotidiana, limpieza en sentido general y otras actividades de cuidado personal.
También es crucial para evaluar las actividades educativas y de productividad adecuadas al síndrome: acciones relacionadas con las tareas propias de un aula, académicas y actividades pre-vocacionales, incluyendo el uso de útiles escolares, escritura manual y ordenador. Responsabilidades en el hogar, actividades de juego y desarrollo de actividades motoras, cognitivas y sociales.




Tareas de evaluación

Se pueden resumir en tres grandes objetivos:

1–Analizar el desempeño del niño / adolescente en sus ocupaciones diarias, a través del cuidado personal, productividad (actividades relacionadas con la escuela y laborales) y juego.




2–Sus principales componentes.

3–Contexto en el que se desarrolla, es decir, la relación recíproca entre el niño y su ambiente y controlar los programas de tratamiento diseñados para mejorar la calidad e incrementar el nivel de cometido ocupacional diario del niño, así como el familiar, escolar y social.

El objetivo del profesional es lograr la máxima capacidad funcional del niño/adolescente para su independencia en la comunidad mediante técnicas actualizadas y trabajo en forma interdisciplinaria en un mismo espacio físico facilitando la comunicación y el trabajo integral de los aspectos físicos, cognitivos y emocionales.

¿Qué puede hacer la familia?

Es posible que al principio los padres y familiares se sientan abrumados por sentimientos de culpa, incertidumbre y miedo. Hablar con otros padres de niños con síndrome de Down puede ayudar a afrontar el impacto inicial y a encontrar la manera de mirar hacia el futuro. La mayoría afirman que aprender tanto como se pueda sobre el síndrome ayuda en gran manera a aliviar algunos de estos primeros temores.

Los expertos recomiendan que los niños con síndrome de Down se aprovechen cuanto antes de los servicios accesibles. Los terapeutas físicos, ocupacionales y del habla y los educadores de la primera infancia pueden trabajar junto con el niño para estimular y acelerar su desarrollo desde su nacimiento hasta los tres años y después crear planes individualizados.

Algunos niños con síndrome de Down tienen necesidades que se satisfacen mejor siguiendo un programa especializado, mientras que muchos otros les va bien junto a compañeros que no tienen síndrome de Down. Los estudios han demostrado que este tipo de situación integradora es beneficiosa tanto para el niño con síndrome de Down, como para los otros niños.

Hoy en día, muchos niños con síndrome de Down van a la escuela y disfrutan de las mismas actividades que otros niños de su edad. Algunos van a la universidad. Y otros siguen viviendo en casa, pero son capaces de mantener puestos de trabajo, por lo que encuentran su propio lugar en la comunidad.


Tercera Edad

Tercera Edad 

Terapia Ocupacional en la Tercera edad

Al ir disminuyendo las habilidades como parte del proceso de envejecimiento, suelen hacerse necesarias las ayudas asistenciales o los cambios que faciliten una vida con cierta independencia y seguridad en el propio hogar.





¿Qué puede hacer un terapeuta ocupacional?

Un terapeuta ocupacional trabaja con la familia y el afectado para ajustarse a sus necesidades, habilidades y entorno. Recomienda y evalúa qué es lo que la persona necesita para desarrollar sus tareas cotidianas de una forma normal y satisfactoria: alcanzar los productos más cotidianos, contratar personal para realizar la limpieza, compras, etc. Eliminar todos aquellos accesorios en el hogar que pueden resultar en riesgo de caídas, pequeños accidentes, así como aquellos objetos cuyo diseño está pensado expresamente para manipularlos con facilidad.
También puede contactar con instituciones o conocidos que pueden ofrecer servicios de conducción a cambio de que el anciano pague la gasolina u ofrezca otros servicios a cambio. En caso de tener movilidad puede orientar sobre transportes públicos a su disposición (en ocasiones gratis), así como médicos, compras, etc.
Sugerencias sobre una mejor disposición del mobiliario hogareño o modificaciones del ya existente como asideros para el baño, elevadores de escaleras, reducción de la altura en peldaños demasiado altos, recolocar los asideros de las puertas a la altura de sillas de ruedas (si es preciso utilizarlas), ampliar el marco de las puertas, orientar sobre precios, etc.





Velar en fin por el bienestar del anciano teniendo en cuenta siempre no perturbar una cierta intimidad ni la posible independencia deseada.