jueves, 5 de marzo de 2015

Hiperactividad/déficit de atención


Hiperactividad/déficit de atención

Terapia Ocupacional en Salud mental en niños y adolescentes

Este trastorno imposibilita al niño a prestar la debida atención en diferentes circunstancias, controlar su actividad y mostrar un comportamiento poco adecuado por su impulsividad. Los problemas que origina el trastorno pueden interferir en su habilidad para escuchar y seguir instrucciones, completar con éxito las asignaturas escolares, participar en juegos y realizar tareas cotidianas en el hogar.



El diagnóstico ha de ser realizado por el profesional especialista, el cual se basará en la observación del comportamiento del niño y por las indicaciones de los familiares, educadores y profesionales de la salud  que le hayan asistido anteriormente.



¿Cómo puede ayudar un terapeuta ocupacional?

Con la asistencia de un terapeuta ocupacional, el niño puede aprender a controlar sus habilidades cotidianas y atender con regularidad a sus tareas escolares y del hogar.

En un sistema educacional, el terapeuta ocupacional puede prestar sus servicios hacia aquellos estudiantes con discapacidades, ayudándoles a beneficiarse de una educación especial.
Puede evaluar al niño para determinar cómo le está afectando el trastorno tanto en casa como en la escuela por lo que se refiere a la realización de sus tareas. Recomendar un programa dirigido a paliar los efectos tanto físicos y de comportamiento como emocionales que están incidiendo en su desarrollo e identificar objetivos que ayuden al niño a conseguir el éxito pretendido.
También puede intervenir en la integración sensorial para modificar el entorno y disminuir el ruido y distracciones ocasionadas por la estimulación visual, auditiva y táctil.


¿Cómo pueden ayudar los padres de un niño que padece el trastorno?

Es interesante leer todo lo que se puedan acerca del trastorno y cómo afecta a las habilidades del niño para controlar su vida diaria.

Se puede también buscar ayuda profesional para conseguir los recursos necesarios y realizar un aprendizaje correcto de cómo controlar su comportamiento, así como tratar de incorporarse a un grupo de padres con niños que padecen el mismo trastorno.
Hacer listas en las que figuren las tareas cotidianas que debe realizar el niño, le servirán de referencia y mantenerse firmes en el establecimiento de las reglas y su cumplimiento.
Separar los trabajos escolares y los del hogar en un proceso de dos pasos: escucha y comprensión de las instrucciones y cumplimiento de la tarea.
Ofrecer al niño, aunque sea mínimamente, estímulo en caso de éxito y reducir, mediante su apoyo, la ansiedad ante el fracaso.

Considerar la posibilidad de matricular al niño en actividades extraescolares no competitivas: artes marciales, natación, montar a caballo, etc. centrándose siempre en sus posibilidades en cuanto a habilidad y fuerza, sin excederse en el elogio o en la crítica.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario